miércoles, 25 de marzo de 2020

Pérdida



Profundo nace desde oscuras pupilas
el pequeño destello
de una luz vigilante,
la verdad, cual abatida ala de hada;
será hallada tras una  sombra emulando escondite
en la delgada visión de unos brazos
que angulares aprenden a acariciar.

El bosque no habla,
forma parte del aúllo silente
de aquel animal que ausente
le gime adolorido a la gibosa lunar lejana,

¿Para qué quieren saber
los pies cuál es el camino?
¿para qué tener cansancio futuro,
para qué buscar lo que ya se perdió?

Gayola

Mi pecho como jaula
de ese tu corazón tan mío 
es coraza armada 
y freno del amor prohibido. 

Mi pecho, represa 
de este sentir impío 
atada tiene mi alma, 
retiene mi temor al frío.

Mi pecho almohada 
de un sueño casi perdido 
tibieza y calma 
cual caudal de río.

Este pecho que anhela 
el palpitar del tuyo, 
el suspiro de tus pulmones 
y del latir sus murmullos.

Del pecho amado es curioso 
por querer su calor y abrigo 
el desespero es fiel testigo 
de mis ansias en candor deseoso.


Mi pecho cárcel de la ternura que siento 
mi pecho gayola de la valiente voz que nace 
mi pecho cuna que sin ti inmóvil yace 
mi pecho vacío donde habita el lamento.