Para la sed de mi amado
fuente de dulce olor emano,
de mi entrepierna su vino claro
si de mis entrañas sus gemidos,
bestial
brutal suspiro, humano
que a la vereda de su boca,
dispuestos van mis cuatro labios
mientras tanto famélica y dilatada,
gruta húmeda de su simiente,
se alimenta de tal manjar blanco,
placer intermitente, mi garganta,
hambrienta está de su viril encanto,
en espera de una pequeña muerte.
Un darsé sakesperiano en el idioma de Góngora.
ResponderBorrarGracias mil Arturo!!!
BorrarMuchas gracias Arturo !!!
ResponderBorrarExquisitas letras de una exquisita mujer!!!
ResponderBorrar