Ven; ámame dentro tuyo,
como a las venas que cobijan tu sangre,
como al juguete desteñido que tanto cuidabas,
como la orilla ama al mar.
Llega, arrímate, ánclate en mi ombligo,
como anzuelo en el pez descuidado
como nudo marino atado en bolardo
atado en este ser y estar conmigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario