martes, 9 de enero de 2018

Heinrich Karl


Oí al pájaro azul que anida en su pecho,
aquel que esconde para ser fuerte,
está solo,
cuenta sus plumas,
se desprende de la realidad tras una botella de vino,
barata como su determinada existencia,
no hay amores,
no hay canto,
no hay nada más que una salida,
aferrarse a la rama.

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